Un día te despiertas y al ir a tu armario para vestirte es
cuando te das cuenta que ya has cumplido 40... ¿Qué me favorece, cómo quiero
que me vean, qué aspecto quiero tener? Ves el contenido de tu armario, y
aparece la frase fatídica: "no tengo nada que ponerme".
En realidad a los 40 tenemos los armarios repletos de cosas
muy bonitas, la cuestión es cómo combinarlas para que me favorezcan y cómo
elegir lo ideal para cada momento, para cada cita, para cada día, para cada
ocasión, entre amigas, para ir al trabajo, para ver a un ex, para un encuentro
casual, para una jornada divertida. Todo depende de entender que vamos
cambiando y de seguir teniendo la misma seguridad y confianza en una misma.
Vuelve a sacar las prendas bonitas de tu armario y paséalas.
Vuelve a enamorarte de lo que compraste.